La culpa es de Beethoven !

Hace poco estaba oyendo el ciclo de sinfonías de Vaughan Williams publicado por Chandos recientemente, como parte de las celebraciones de los 150 años de nacimiento del compositor que se cumplieron en octubre de este año. Se trata de una producción en SACD; entiendo que es el primer ciclo de Vaughan Williams grabado en sonido surround para ser reproducido en alta resolución a partir de SACDs. 


DE BOULT A DAVIS

Prácticamente no conocía otras versiones de estas sinfonías diferentes a las que descubrí hace años de Adrian Boult para el sello EMI. Sí había oído algunas versiones sueltas de estas sinfonías, pero no había oído sistemáticamente ningún otro ciclo completo. De hecho desde hace años estaba esperando el ciclo en SACD, pero pensaba que no iba a suceder, porque no se trata de un compositor tan popular a nivel planetario. No tenía la más mínima esperanza, a decir verdad, y ya estaba contemplando arrancar una colección de sinfonías sueltas, hasta que tuve la feliz noticia a mediados de este año, y, como siempre, me tocó esperar a que la sacaran por Amazon y, más improbable aún, que la trajeran a Colombia, lo cual terminó sucediendo luego de varios meses de larga espera. 

Entonces, sin ser experto en este compositor, esta nueva/vieja producción de Chandos me convenció totalmente. Lo de nueva/vieja producción lo menciono porque el proyecto inició en 1999 con Richard Hickox dirigiendo la London Symphony Orchestra, pero faltándole « únicamente » la grabación de las sinfonías 7 y 9, Hickox falleció en 2008 y el proyecto continuó con otro director y otra orquesta : Sir Andrew Davis al frente de la Bergen Philharmonic Orchestra, quien completó el ciclo.

Este ciclo me convenció en especial por la transparencia y el balance orquesta/voces, tanto de los coros como de los solistas. Y es que esa primera sinfonía me enloquece desde que la oí por primera vez, la famosa A Sea Symphony, una joya de la música. Pero claro, también está la séptima, la sinfonía Antártica, otra joya, también con voces. Yo creo que Vaughan Williams hubiera pasado a la historia solo con estas dos sinfonías.

Estas semanas estuve oyendo y repitiendo esa primera sinfonía por Richard Hickox al frente de la London Symphony Orchestra, y pensaba muchas cosas, como por ejemplo: qué orquesta si no la LSO podría tocar mejor esta música tan aisladamente británica ? (no es redundante, si pensamos en otros compositores igualmente británicos pero con una mayor popularidad como Britten o Elgar, no siendo el caso para Vaughan Williams, lo cual siempre me pareció una enorme injusticia). Por qué puedo juzgar una producción sinfónica con base en las voces, si nunca me he considerado versado en la música vocal? Y, como elemento de respuesta, qué pasa con las primeras sinfonías de varios compositores para que me gusten tanto?


Y SÍ, LA CULPA ES DE BEETHOVEN

Y me detengo en esta última pregunta. Hasta ahora entiendo, gracias a este ciclo de Vaughan Williams. En efecto, luego de días de reflexión, puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que (nuevamente) la culpa es de Beethoven. Muchos dirán « dele que dele con su Beethoven, pensé que iba a hablar de otro compositor como ese inglés, pero no, otra vez Beethoven ». En realidad no hablaré ni de Vaughan Williams ni de Beethoven, sino de aquellas primeras sinfonías que me enloquecen. Pero primero explicaré aquello de la culpa de Beethoven.

Creo que nadie puede negar que la música de Beethoven tiene una importancia que poca otra música tiene en la historia. En efecto, Beethoven revolucionó la música con sus composiciones. No solo con las sinfonías, sino también con los conciertos, las sonatas, los cuartetos de cuerdas, etc. Pero con respecto a las sinfonías, creo que se debe mirar lo que hizo y también lo que no hizo, sino lo que provocó indirectamente. Hace mucho tiempo estoy enterado de que los compositores posteriores a Beethoven sufrieron una especie de maldición relacionada con la novena sinfonía de Beethoven. Creo que maldición no es la palabra correcta, tal vez sea síndrome o simplemente un fantasma, el fantasma de Beethoven. Esto se relaciona con que los compositores que componían 9 o más sinfonías, a excepción de unos pocos despreocupados, tenían el complejo de la novena de Beethoven, es decir que su novena no iba a estar a la altura de la de Beethoven, y … tenían razón. Por ejemplo Mahler llegó hasta el extremo de no numerar su novena sinfonía sino de asignarle el nombre de « Das Lied von der Erde ». Cómo será el complejo.


LA ERA POST-BEETHOVEN

Pero hasta ahora caigo en cuenta que la novena de Beethoven no solo tenía ese impacto sobre las eventuales novenas de los compositores posteriores, sino que tuvo impacto sobre todas las sinfonías e incluso sobre todos los géneros posteriores, porque cómo hacer para componer algo a la altura de la novena de Beethoven o que aportara algo luego de ese monumento? Entonces por ejemplo Wagner ni siquiera se metió en el problema de componer sinfonías, aunque por ahí tiene alguna de juventud, sino que muy hábilmente le dio la vuelta al problema argumentando sobre el supuesto mensaje de Beethoven, que ya no se podía componer sinfonías como antes sino que tocaba incluir voces y entonces que la ópera era el camino. Típico del charlatán y embaucador Richard Wagner. Pero (y ahora sí llego al punto central), también afectó las primeras sinfonías de los compositores posteriores. Y las afectó para bien en cuanto a su calidad, porque no podían salir con cualquier cosita sencilla luego de la novena de Beethoven. Entonces esto provocó un aumento notorio en la calidad de las primeras sinfonías de esos compositores. O como decimos en Colombia, Beethoven puso la vara muy alta.

En efecto las primeras sinfonías en la era post-Beethoven son increíbles, y adicionalmente no son obras de juventud; en muchos casos los compositores se tomaron muchos años antes de publicar su primera sinfonía. Aún me queda la duda de si se trataba realmente de un tiempo prolongado de composición / revisión / corrección como argumentaron muchos, o si simplemente se trataba de una espera antes de estar realmente convencidos de su publicación. En todo caso, son muchísimas las primeras sinfonías de altísima calidad que se publicaron luego de Beethoven, en comparación con la calidad de las primeras sinfonías de antes de Beethoven, como las de Haydn, Mozart y muchos otros que cronológicamente no tenían ese complejo. Entonces, sabiendo que el estreno de la novena de Beethoven sucedió el 7 de mayo de 1824, me referiré a esas primeras sinfonías, para las cuales procuraré mencionar el año de estreno o de publicación, la edad del compositor en ese momento y mis grabaciones preferidas. Debo decir que, con respecto a este último punto, una de las particularidades de las piezas musicales preferidas es que predomina la obra sobre la interpretación, es decir que me terminan gustando casi todas las versiones de estas joyas, entonces en general habrá un gran número de recomendaciones para cada sinfonía. 


SCHUMANN Y BRAHMS - LAS PRIMERAS SINFONÍAS POST-BEETHOVEN

A pesar de que no considero la primera de Schumann de la misma calidad que varias de las que menciono más adelante ni de las posteriores del mismo Schumann, sí es una primera sinfonía que me encanta. Se estrenó en 1841 (17 años después de la novena de Beethoven) cuando Schumann aún no había cumplido 31 años. Su gestación fue muy rápida (1 mes) aunque ya hacía un tiempo venía con el embeleco de componer alguna sinfonía, pero la versión definitiva se publicó 12 años después, en 1853, luego de revisiones por parte del compositor. Mis versiones preferidas son las de Karajan, Bernstein, Rattle y Barenboim (Berlín 2).


La primera sinfonía post-Beethoven más importante es tal vez la de Brahms. En efecto, muchos vieron en ella una especie de décima sinfonía de Beethoven, con lo cual Brahms se convirtió en el espíritu santo de la santísima trinidad musical de las tres Bs con Bach como el padre y Beethoven como el hijo. Es decir, su primera sinfonía se reconoce como una sinfonía de mucha altura, con la cual ganó Brahms un gran reconocimiento y una aceptación como heredero cultural de Beethoven. Esta sinfonía se estrenó en 1876, es decir cuando Brahms tenía 43 años. 

Además se sabe que los primeros bocetos datan de 1854, es decir 30 años después del estreno de la novena de Beethoven. Por lo tanto, si le creemos a estos datos, esa primera sinfonía duró gestándose alrededor de 22 años. Adoro esta sinfonía de Brahms. Recuerdo muy claramente cuando la conocí con la versión de Karajan de los setentas que sigue siendo una de mis referencias, no podía creer el inicio del primer movimiento, con esos timbales, como premonitorios de un desastre sin llegar aún a eso, y la violencia del último movimiento.


Absolutamente revelador para mí en ese momento. Definitivamente una joya. Aparte de Karajan, las versiones que más me convencen son Klemperer, Celibidache y Barenboim (Berlín)…y hace poco oí la versión de Haitink al frente de LSO que me pareció exquisita. 


DVORAK, BRUCKNER Y TCHAIKOVSKY, EN LA ERA MEDIA POST-BEETHOVEN

Yo había leído que Dvorak no estaba acomplejado con Beethoven, y que compuso un poco ingenuamente (sin pensar en eso) sus 9 sinfonías. Sin embargo hoy tengo ciertas dudas justamente por la historia de su primera sinfonía, en mi opinión una verdadera joya, llamada Las campanas de Zlonice. Efectivamente, esta sinfonía es una sinfonía de juventud de Dvorak, compuesta en 1865 (41 años después de la novena de Beethoven) con apenas 24 años. Sin embargo su estreno tuvo que esperar hasta 1936 luego de que por fin apareciera la partitura. En vida, Dvorak despreció esta sinfonía hasta el punto de no querer numerarla dentro de sus sinfonías al final de su vida, numerando desde la 2 como su primera hasta la 9 como su octava. Por lo tanto tal vez fue un mecanismo para evitar al máximo el fantasma de Beethoven, no solo ocultando su primera sino indirectamente su novena, la cual considero una verdadera joya. No conozco gran cantidad de versiones de las campanas de Zlonice, pero no he oído ninguna que supere la de Kubelik.

La primera de Bruckner siempre me ha encantado. Fue estrenada en 1868 cuando Bruckner tenía alrededor de 43 años también ! A pesar de que su gestación fue relativamente rápida (un año), luego sufrió múltiples revisiones y entonces pasaron alrededor de 26 años entre el inicio de la escritura de la primera versión en 1865 (41 años luego de la 9a de Beethoven) y el estreno de la última versión en 1891. Mi referencia para esta sinfonía sigue siendo Jochum al frente de la Staatskapelle de Dresden, pero también me encantan las versiones de Abbado y de Barenboim (Berlín).

La primera de Tchaikovsky, subtitulada Sueño de Invierno, no me parece ni una obra inmadura ni de juventud, como muchas veces se ha calificado, aunque su calidad no me parece comparable con la de Brahms, por ejemplo. Se estrenó en 1868 (44 años después de la novena de Beethoven) cuando Tchaikovsky tenía 27 años. Sin embargo fue retocada en 1886. La gestación inicial duró alrededor de 2 años sin considerar el tiempo que se demoró en retocar esa nueva versión de 1886. Mis referencias para esa sinfonía son la de Karajan y la de Abbado.


MAHLER, SIBELIUS Y LOS INGLESES EN LA ERA POST-BEETHOVEN TARDÍA 

La primera de Mahler, subtitulada Titán, es de la más luminosas del compositor. El primer movimiento es increíble, pero el cuarto movimiento es de lo mejor que conozco en la música. La estrenó como director de la Opera Real de Hungría con 30 años, en 1889 (65 años luego de la novena de Beethoven), tras la renuncia en la Opera de Leipzig, en parte porque no quisieron hacer el estreno ahí. La versión definitiva se publicó en 1903, es decir que su gestación demoró unos 9 años si se tiene en cuenta que los primeros esbozos comenzaron en 1884. Dentro de mis versiones preferidas está la de Inbal, con quien conocí a Mahler con una caja del sello Brilliant muy barata y que tenía muy buena fama. Pero por encima de esa versión están las de Bernstein (DG), Abbado y Boulez.

Otra que me encanta es la primera sinfonía de Sibelius, estrenada en 1899 (75 años luego de la novena de Beethoven) cuando Sibelius tenía 33 años. En este caso pasaron solo dos años entre el comienzo de la escritura y la publicación de su versión revisada en 1900. En mi entrada de Sibelius del 19 de junio comento un poco esta sinfonía. Mis versiones preferidas son las de Rattle (Birmingham y Berlín), Bernstein (Viena), Barbirolli y Makela.

La primera de las dos sinfonías completas de Elgar es una obra impresionante, por algo algunos la llaman la quinta de Brahms. Es una de las sinfonías que más me gustan de todos los tiempos. Se estrenó en 1908 (84 años después de la novena de Beethoven), luego de una gestación de algo más de un año, cuando Elgar ya tenía 51 años. La referencia absoluta para mí es la de Barenboim (Berlín), pero también está la de Barbirolli.

Finalmente termino por donde empecé: la primera sinfonía de Vaughan Williams, estrenada en 1908 (86 años después de la novena de Beethoven), cuando el compositor tenía 38 años, luego de una gestación de alrededor de 7 años. Mi referencia para esta sinfonía se inclina hacia la versión de Hickox recientemente publicada en SACD. Pensé que nadie podría superar a Adrian Boult, pero sucedió.

No quiero extenderme más allá de Vaughan Williams porque creo que el fantasma de Beethoven estaba esencialmente superado ya bien entrado el siglo 20, y fuera de eso que ya no se estilaba componer sinfonías, a excepción de unos pocos casos. Pero hay varias primeras sinfonías que me gustan mucho, sin que realmente me parezcan increíbles, como la de Prokofiev, la de Shostakovitch, la de Honneger, la de Martinu y la de Bernstein.


Comentarios

  1. Acabo de caer en cuenta de un olvido imperdonable: la primera de Saint-Saëns, compuesta en 1853. Adoro Saint-Saëns, todo lo que hizo es de altísima calidad, incluída su primera sinfonía.

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