Serie preconceptos - Cap.6 - To stream or not to stream?

SERIE PRECONCEPTOS: Existen preconceptos sobre la música clásica. Son varias cosas que han contribuido a que esto se haya desarrollado, como el cine y la televisión, las discotecas, la publicidad, la música ambiental, etc. Por supuesto también ha influido la educación tecnocrática de colegios y universidades en donde se han ido excluyendo todas las artes, y entre ellas la música. Voy a hacer un esfuerzo por referirme en esta serie a algunos de estos preconceptos, sin esperar referirme a todos. No prometo objetividad ni un escrito sin errores, serán opiniones con mis propios sesgos y vivencias alrededor de cada tema. Como siempre!


[antes de este nuevo capítulo de la serie, quiero escribir una nota corta para comentar que este blog cumplió un año ayer. En este año he publicado 32 entradas, con un total de 8725 vistas. Tengo 9 fieles seguidores ya! Y me he divertido escribiendo. Gracias]


CAP. 6 - TO STREAM OR NOT TO STREAM?

Muchos piensan que se trata de escoger: o uno está suscrito a una plataforma streaming o es de esos dinosaurios que todavía oye cosas en físico. La mayoría piensa que es incompatible tener ambos medios para la música. 


Por ahí leía que la gente que oye música clásica le ha costado dejar la costumbre de comprar CDs. Creo que por eso siguen produciendo CDs, aunque últimamente he visto una tendencia de grandes y tradicionales sellos de música clásica de publicar solo para plataformas streaming. 

También he visto combinaciones inimaginables hace pocos años, como por ejemplo solo en vinilo y streaming.

La editorial del número de diciembre 2022 / enero 2023 de la revista Classica menciona nuevamente la tendencia creciente del streaming: 76% de la música grabada se oye por streaming en Francia. Se habla incluso de un acto de resistencia el hecho de comprar discos, cómo será. Algo en lo que no estoy de acuerdo, y que el editor en jefe de Classica menciona, es que streaming sea sinónimo de escucha en smartphone, es decir con una calidad de sonido mediocre, o en todo caso que no corresponde con los esfuerzos de producción que se realizaron para grabar el material sonoro. No estoy de acuerdo con esa amalgama porque no necesariamente el streaming está restringido a una mala calidad de sonido o a un soporte técnico o tecnológico de mala calidad, y entonces, con todo respeto por estos críticos de estas revistas que me la paso leyendo, me parece que estos comentarios vienen de la ignorancia y no le hacen bien a la música clásica. Comento un poco el asunto de la calidad del sonido en plataformas streaming un poco más adelante.


ACCESO, ADICCIÓN Y ARTE

 

Por otro lado, en general se piensa que las plataformas streaming no son para música clásica. Yo creo que muchos piensan que ni siquiera hay contenidos de música clásica ahí, mucho menos que hay plataformas dedicadas a la música clásica de manera preferencial (como Qobuz por ejemplo) o exclusiva (como Idagio por ejemplo).

 

Yo creo que las plataformas streaming han sido un gran avance en la música. Eso de tener todo a la mano es como un sueño hecho realidad para un melómano. Pero recordemos también que el melómano es un adicto, y ponerle todo a la mano a un adicto no sé si sea tan buena idea. De todas maneras, con las plataformas streaming el acceso a la música se ha ampliado muchísimo, de eso no hay ninguna duda. Pero por otro lado, hay una especie de trivialización de la música, que en mi opinión le ha hecho perder valor cultural. Pienso por ejemplo que una pintura se puede apreciar en un museo, solo hay un ejemplar en el mundo de esa pintura, y uno puede verla unas pocas veces en la vida si es muy afortunado. Eso para mí es más o menos equivalente a una época remota en la música : la música de Mozart por ejemplo solo podía apreciarse en vivo tocada por el mismo Mozart y solo había una oportunidad en la vida para oírla. Por supuesto eso le da trascendencia a la obra de arte, que en mi opinión desapareció, no solo con el streaming, pero este acabó dándole el estacazo final.

 

PLAYLISTS Y OTRAS GOLOSINAS

 

No estoy en contra del streaming, pero creo que esto no reemplaza ni a los medios físicos, ni mucho menos los conciertos en vivo. Y por consiguiente lo uso para ciertas cosas, no para todo. Y me da la impresión que lo opero de una manera bastante distinta a la operación esperada en la mayoría de plataformas. Por ejemplo no uso esas listas de reproducción prefabricadas, lo cual me parece que es uno de los grandes éxitos comerciales de las plataformas : un amigo muy cercano me decía por ejemplo que tenía varias plataformas, pero que Spotify la usaba sobretodo cuando llegaba a la oficina para no pensar qué reproducir, que las listas de reproducción en Spotify son tan buenas que le permiten olvidarse de escoger y reproducir con un simple botón. 

 

Creo que ese no es un buen argumento para mí: me he dado cuenta que con la edad soy mucho más exigente en estar consciente de lo que oigo. Estoy menos afanado por oír más cantidad de cosas, y en cambio me concentro en oír mejor lo mucho o poco que decido reproducir. De esa manera me he encontrado oyendo y repitiendo álbumes más de tres o cuatro veces, hasta que pienso que al fin lo capto. Hace años eso era impensable. 

 

Por otro lado, casi nunca suelo oír tracks sueltos, y como las listas de reproducción se basan en considerar cada track como una pieza suelta, en general no las tengo en cuenta. Me parece una verdadera aberración oír tan solo uno de los movimientos de un concierto para piano o de una sinfonía, por ejemplo. Además, uso pocas listas de reproducción elaboradas por mí mismo. Tengo algunas, pero las uso de manera muy limitada. Tengo por ejemplo bestofs de lo que voy oyendo, pero casi no reproduzco esas listas finalmente. Es más bien como para la memoria. 

Entonces cómo y qué oigo ? Prácticamente solo discos completos, y además en el orden propuesto en el disco. Además tengo DACs para los PCs en donde tengo instalado el aplicativo de la plataforma streaming e incluso un DAC portátil para el IPad. Esto, combinado con audífonos Hi-Res (o casi: tengo unos Sony que sobrepasan los 40 kHz y unos Sennheiser que llegan como a 38 kHz, pero son los que más me gustan a pesar que no se puedan considerar Hi-Res) con el propósito de disfrutar el streaming en alta resolución. Eso en cuanto a la operación. En cuanto a lo que oigo, en general me baso en lo que leo en las revistas especializadas (Diapason, Classica y Gramophone), y que me llama la atención por algún motivo: o porque recibió nota muy buena o muy mala, o porque la crítica menciona un aspecto que me da curiosidad, o incluso debo confesar que por cosas superficiales como la carátula o la pinta de alguna intérprete. Así voy descubriendo cosas nuevas, razón principal para estar suscrito en una plataforma de streaming.

Hace poco me encontraba hablando con unos colegas sobre las plataformas de streaming, a raíz de una serie de netflix que trata el tema. Eran unos 4 o 5 colegas. Todos aseguraban que nunca pagarían por ese servicio : la mayoría tenía un servicio gratis o que les habían encimado con un plan de celular o algo por el estilo; eso contaban.

 

Adicionalmente unos tenían Spotify y otros Deezer. Yo les dije que yo tenía Qobuz sobre todo por el sonido. Yo sentía que no entendían lo que yo decía, y era como si me preguntaran : qué tiene que ver el sonido en todo esto ? En cambio me preguntaron Qo…qué ? Les expliqué que es una plataforma francesa más que todo especializada en clásica y jazz y que las condiciones de suscripción en Colombia no eran favorables hasta hacía algunos meses. Bueno, pues siguieron hablando y en ese momento me di cuenta del desfase : uno de ellos no oye música, para nada, otros sí pero al parecer tienen una playlist fija que la viven repitiendo, otro solo la utiliza cuando maneja su moto, etc. Creo que la desconexión tiene que ver también con lo siguiente :

 

Primero el género : música clásica o jazz. Como ya expliqué, parece que para muchos « plataforma streaming » es incompatible con « música clásica », creo.

 

Lo siguiente, la calidad : ya van varios amigos que me dicen que no tienen el oído para apreciar una mejor calidad de sonido tipo Hi-Res, y que tampoco tienen los equipos necesarios. Pero, con respecto al primer punto, me pregunto por qué están tan seguros de eso? Subestiman su sentido del oído ? Por qué razón ? En especial nunca he estado de acuerdo con esa idea de que el buen sonido sólo es para cierto tipo de música y no para otro. Estoy convencido que en cualquier tipo de música se puede apreciar un aumento en la calidad del sonido. Recuerdo cuando apareció el CD, algunos papás de amigos opinaban que eso debería estar reservado a la música clásica, en que se apreciara verdaderamente la calidad del sonido, y no para el rock en español que se oía en esa época como Soda Stereo y compañía. Como digo, nunca estuve de acuerdo con eso.

 

Como ya lo señalé, utilizo en general plataformas streaming sobre todo para conocer nuevas producciones. Y muchas veces, a partir de eso, adquiero CDs, SACDs, Blu-Ray audios e incluso videos. Sin embargo, para el caso de algunos artistas, la plataforma streaming es la única fuente. Es decir, varios intérpretes se han quedado para mí solo en plataformas streaming. A continuación me referiré a algunos de ellos.

 

PIANISTAS

 

El chileno Claudio Arrau es un verdadero ícono dentro de los pianistas. Creo que es uno de los pianistas más respetados tanto por jóvenes como antiguos pianistas, así como por críticos a nivel mundial. Tiene un gran número de grabaciones, tal vez tanto que es por eso que no decidí nunca empezar la colección en físico, pero no tiene nada que ver con la calidad de sus interpretaciones. Lo considero una referencia en Beethoven y Liszt. En otra entrada de este blog, Javier me hizo caer en cuenta que su Chopin es increíble también, en particular los Nocturnos.

El ruso Emil Gilels es un monstruo, uno de los mejores pianistas que he oído. De él en realidad sigo esperando una reedición de sus grabaciones para DG que está descontinuada. Me impresiona su ciclo incompleto de las sonatas para piano de Beethoven, que por ahora he oído solo por streaming.

El brasileño Nelson Freire, quien falleció hace poco, grabó una cantidad considerable de discos para DECCA. Nunca he pensado en tener algo en físico de él porque no me fascina, no lo considero esencial, como en cambio sí considero esencial su gran amiga Martha Argerich, por ejemplo. Pero su Saint-Saëns de los comienzos y su Bach del final me parecen exquisitos.


El rumano Radu Lupu es increíble. Considero su Schubert como un tesoro en la discografía. Sin embargo nunca he pensado en tener algo en físico de él, porque el resto no me atrae tanto y en realidad su Schubert no es mi referencia absoluta.

Otra leyenda que oigo casi exclusivamente en streaming es Emanuel Ax, aunque tengo algunas cosas en físico. A él lo conocí hace años con un disco de Claude Bolling que me encantaba titulado Sonatas for two pianists. Este guiño de Bolling en el título se refiere a que uno de los pianistas es de jazz y el otro es clásico. Este es un discazo. Pero luego de eso no sé porqué subestimaba a Ax. Últimamente he aprendido a valorarlo con sus interpretaciones de Haydn, Brahms y sus últimos proyectos con Yo-Yo Ma y compañía, y pues en eso las plataformas streaming han jugado un rol importante.


Lo último que ha grabado el francés Michel Dalberto para el sello La Dolce Volta me parece de una calidad superior, mucho mejor que lo que hizo para Erato en sus comienzos. A Dalberto lo conocí en streaming con sus grabaciones más recientes y lo sigo oyendo de esa forma.

Algo parecido me pasa con el ruso Nikolai Lugansky, quien es una autoridad en Rachmaninov. Con él aprendí a valorar los 24 preludios de Rachmaninov, pero aparte de eso tiene un gran repertorio que vale la pena.

Igualmente, solo oigo al argentino Nelson Goerner en plataformas streaming, porque a pesar de sus altísimas calidades, no encuentro que aporte cosas muy diferentes en cuanto a repertorio e interpretación. Es una visión muy personal, claro.

La pianista francesa Lise de la Salle grabó discos increíbles para el sello Naïve, pero me parece que últimamente su calidad ha decaído en los últimos discos.

Creo que el otro francés, Alexandre Tharaud se ha ido consolidando mucho en los últimos años, en comparación con lo que hizo en sus comienzos para Virgin, época en que me parecía un pianista como de combate. Pero algunas de las últimas producciones para Erato valen la pena, como su reciente disco dedicado a Schubert. 

Bertrand Chamayou grabó discos increíbles sobre todo de Liszt, pero su reciente disco Messiaen es una verdadera joya. De Alexandra Papastefanou me encanta su Bach, aunque está lejos de ser mi referencia. El otro francés Jean-Marc Luisada tiene unos discos muy valiosos de Schumann y Chopin. 

 

No le conozco sino joyas a Kun-Woo Paik, lástima que sus discos estén descontinuados o no lleguen a esta parte del mundo. Por otro lado, Zhu Xiao-Mei tiene unos discazos de Bach impresionantes. 

 



El polaco Rafal Blechacz es un genio, solo tiene de muy buenos a excelentes discos. En realidad no lo considero para comprar en físico más que todo por su repertorio : no propone algo realmente diferente a lo muy tradicional.

En la misma línea, los últimos discos de Dina Ugorskaja son exquisitos, aquellos de Bach. Lástima su relativo reciente fallecimiento en 2019 con tan solo 46 años ; creo que hubiera dado muchísimo más.

Otro es el francés David Fray, qué pianista, todo lo que hace es de altísima calidad. Me encanta su Chopin, su Schubert y su último Bach, a pesar de las duras críticas sobre las Goldberg. Todavía no entiendo porqué es reprochable tocar las Goldberg así. En todo caso no se me ocurre aquirir algo en físico de él.

Hannes Minnaar y Martin Helmchen son dos pianistas que me parecen de una gran fineza. No son los típicos prestidigitadores, sino que ponen por delante la música y su valor artístico. Ambos tienen algunos discos increíbles. De Minnaar tengo cosas en SACD pero el resto es por Qobuz.


Joep Beving para mí es como easy listening, nunca se me ocurriría comprar algún CD de él. Pero lo disfruto mucho como algo ultra light. Para esto sí que sirven las plataformas streaming, menos mal.

Disfruto mucho al canadiense Jan Lisiecki, pero no me parece un pianista trascendental. Por ejemplo su reciente disco con los Nocturnos de Chopin me parece muy bueno, pero no aporta algo claramente diferente a lo que ya existe.

Alice Sara Ott grabó un par de discos muy buenos para DG, pero pienso que sus últimos discos son de una calidad inferior, tal vez ligado a su enfermedad. Lástima…

Vikingur Olafsson empezó muy bien pero ha ido decayendo en mi opinión. En este momento estoy dudando si se trata de un fenómeno esencialmente comercial o qué. Lo estoy evaluando gracias al streaming.

 

ORQUESTAS Y DIRECTORES 

 

No soy fan de Il Giardino Armonico pero la serie Haydn 2032 me parece un gran acierto. Me imagino que ese año 2032 publicarán la caja con todas las sinfonías de Haydn, proyecto que empezó hace ya varios años. Entonces bueno, ya quedan menos de 10 años, mientras tanto toca por Qobuz.

Bernard Haitink y Carlo Maria Giulini son grandísimos directores de orquesta. Unas leyendas. Más o menos todo lo que he oído de ellos es de altísima calidad. Pero no se me ocurre empezar una colección en físico de ninguno de los dos, creo que porque no proponen nada diferente con su repertorio y porque la cantidad de discos es abrumadora, aunque con Giulini cometí recientemente un pecadillo; no aguanté el precio en Amazon. 

Marc Minkowski ha hecho cosas increíbles, como su Haydn. Hace muy poco oí por Qobuz un disco increíble de Mehul, compositor que no recuerdo ni siquiera haber oído nombrar. Discazo. Nunca entendí su pelea con los músicos de la orquesta de Burdeos, quienes afirmaban que Minkowski no tenía el nivel para dirigirlos, o algo así de fuerte por el estilo.


Herbert Blomstedt tiene excelentes discos. Me sorprende que a tan avanzada edad haya debutado en disco con DG : su primer proyecto para el sello acaba de salir, a sus 94 años, un discazo con sinfonías de Schubert.

Finalmente debo hablar sobre el ciclo Bruckner de Remy Ballot, que los críticos han calificado de extremadamente lento. De acuerdo, pero hay que considerar que son grabaciones en la iglesia de St. Florian, en la que reposan los restos de Bruckner, y pues la reverberación de ese sitio puede ser un verdadero dolor de cabeza. Creo que Bruckner no es una música para ser interpretada en una iglesia, ni siquiera esa, por más creyente que fuera el compositor.

Hay muchísimos otros músicos que solo he oído por plataformas streaming, como varios violinistas, flautistas, cellistas, organistas, cantantes, etc. Los que nombré en los párrafos anteriores son los más representativos.

 

COMENTARIOS SOBRE ALGUNAS PLATAFORMAS

 

He mencionado « plataformas streaming » como si fuera por pudor o para no revelar marcas o algo así. En realidad he conocido varias, y los artistas que menciono los conocí en una u otra plataforma, y en este momento en general no soy capaz de decir qué artista conocí en qué plataforma, ni en qué plataforma sus discos están disponibles. 


Cada plataforma tiene sus cualidades y sus limitaciones. En seguida trataré de contarles mi visión sobre las plataformas que he conocido. Una visión extremadamente personal, según mi experiencia en cada una, en el momento en que la conocí, lo cual puede no ser de actualidad. 

 

Yo empecé en Francia con Qobuz en 2016, cuando pasamos medio año en una estancia de investigación. Fue por influencia de mi antiguo director de tesis doctoral Jean-Luc, quien me recibió en su equipo de investigación ese medio año. Jean-Luc también es un melómano sin remedio. Aunque el remedio para él es que decidió hace tiempo que no compraba un CD más y se pasaba completamente a Qobuz. Yo admiro esa fortaleza, porque yo no he sido capaz de dejar el vicio. Recuerdo muy bien cuando oí por primera vez algo en Qobuz : un sonido de altísima calidad que me puso los pelos de punta. Fuera de eso el sonido ha ido mejorando, por ejemplo el sonido mp3 tiene una velocidad de muestreo altísima, algo como 320 kbps ; y hay sonido de calidad CD para arriba, es decir sonido de alta resolución o hi-res para algunos discos. Lo otro increíble es que para casi todos los discos uno tiene acceso al librito original del CD, que uno no consulta sistemáticamente pero que cuando lo hace resulta ser un verdadero plus. 


Luego ya en Colombia seguí pagando Qobuz en euros y resultaba extremadamente costoso porque me hacían pagar el mejor plan en un solo desembolso anual: recuerdo pagar algo así como 220 euros al año o tal vez más, que acá en Colombia es demasiado elevado en comparación con otras plataformas. Decidí retirarme de Qobuz al darme cuenta que luego de meses seguía comprando la misma o incluso una mayor cantidad de CDs al mes, y entonces Qobuz no reemplazaba para nada el soporte físico. 

 

Me pasé a Spotify como casi todo el mundo. De esa plataforma admiro la cantidad de álbumes disponibles (muchos más que en Qobuz, incluso para clásica y jazz) y la conectividad, como el hecho de poder controlar en un aparato lo que se está reproduciendo en otro. Eso me pareció práctico. Pero no me aguanté la calidad del sonido. Ahí era lo contrario : de mp3 de 320 kbps para abajo. Y además al parecer no usan los archivos originales de las disqueras, como sí hace Qobuz, sino que en muchos casos rippean, al menos eso parecía en esa época a juzgar por algunos saltos de sonido en varios discos, pero tal vez ha mejorado, o no.

 

Luego de un solo mes en Spotify me pasé a Tidal. Excelente plataforma, con un compromiso entre calidad y cantidad, se sitúa justo en el medio de las dos que había probado hasta ese momento. Algo positivo de Tidal es que propone videos también, no tantos, pero los tiene. También entiendo que es de las que mejor paga a los artistas. Pero el formato supuestamente audiófilo Master Audio no me convence.

 

Probé el mes gratis de Apple y no me gustó para nada, ni el sonido ni la exigencia de reproducir ciertos formatos como Dolby Atmos solo en equipos Apple, y otros detalles desencantadores que no recuerdo ahora. No me gusta ni YouTube ni el servicio de Streaming que propone Amazon, empezando por la interfaz. 

 

Estaba muy feliz con Tidal, pero cuando sacaron Qobuz Colombia, hace algunos meses, me abalancé a suscribirme otra vez a esa plataforma sin dudarlo, y ahí sigo.




Comentarios

  1. Gracias por la nueva entrada. Muy interesante. Desde luego la ventaja de las plataformas está en su gran cantidad de contenidos
    y la inmediatez de acceso que ofrecen. Por contra creo que no poseen el encanto del formato físico, ni el sentido de propiedad como tal, al tratarse de un servicio por suscripción. Sin embargo las tendencias señalan claramente el auge de las plataformas. Respecto a la calidad de sonido es muy importante, siempre y cuando, contemos con con un equipo de audio capaz de sacarle partido. Pero sin volvernos locos ni buscar salidas acústicas con rangos de frecuencias de 20 a 40000hz, cuando realmente el espectro de la audición humana oscila entre 40 - 20000 Hz en el mejor de los casos.

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