Abogado de día Pianista de noche Abogado de día Pianista …

Definitivamente uno tiene que aceptar que hay seres humanos excepcionales en el planeta, que en realidad parecen de otro planeta. Cómo me fascinan esas personas! Sobre todo cuando de música se trata.

ALGUNOS FLAUTISTAS CONOCIDOS

De otro planeta por ejemplo parecía Gaspar Hoyos, quien era nuestro compañero en la academia de flauta pero terminó convirtiéndose en flautista profesional. Es que no tenía de otra. Primero, tenía un gran talento, además me consta que estudió muchísimo para llegar a ese nivel, pero además al final, y como consecuencia, era el único camino profesional posible. Imposible hacer otra cosa en la vida. Hoy es el flautista principal de la Ópera Nacional de Lorraine.

Otro amigo flautista Rafael Rodriguez me preguntaba que porqué yo no me dedicaba a la música. Yo le decía que no tenía suficiente talento o algo por el estilo, aunque la razón era bastante más profunda y pensada que eso, y recuerdo muy bien cuando él me decía que él prácticamente no tenía otra opción : que era eso o nada. Y en efecto, Rafael tenía también un gran talento, pero además se construyó como flautista con mucha disciplina y dedicación. Luego he seguido de lejos, pero muy orgulloso, su desarrollo profesional como flautista de cámara, de la orquesta sinfónica nacional, de ensambles de salsa y jazz y como académico.

EDUCACIÓN INTEGRAL

Siempre me llamó la atención que quienes me conocían más por el lado de la flauta, reclamaran que me dedicara de lleno a ella, mientras que los que me conocieron como estudiante de ingeniería no podían creer que yo hiciera otra cosa en la vida como tocar flauta. Eso también me pasa con mis estudiantes : ninguno se imagina que mi camino hubiera podido ser otro muy distinto, pero además no se imaginan que tenga intereses varios como la música, y muchas veces no se imaginan que tenga incluso una vida. Siempre me vuelve a sorprender verles la cara cuando les digo que no los puedo atender porque tengo que ir a almorzar. Una cara como diciendo « es que esto también almuerza? ».

Claro, es que la gente cataloga, encasilla, agrupa, clasifica. Es normal. Y justamente la sobreespecialización a la que estamos acostumbrados no permite pensar en una persona con intereses diversos, ni mucho menos con competencias diversas. Esto a pesar de que haya slogans promulgando por todas partes la educación integral. Ya va a ser muy difícil encontrar a alguien como Da Vinci, creo yo.

Entonces, si bien algunos músicos me parecen de otro planeta, los que sí me parecen de otra galaxia son esos músicos sobresalientes, que además sobresalen en otra profesión. En realidad no hay muchos. Voy a referirme a uno de ellos, quien me ha causado una gran impresión y curiosidad en los últimos años tanto por sus logros como pianista como por su reputación como abogado.

PAUL WEE, ABOGADO Y PIANISTA

Abogado y pianista, en principio no debería ser incompatible ni generar sorpresa. Lo que sorprende es el nivel en ambas profesiones.

Se trata de Paul Wee. Creo que todos quedamos boquiabiertos con su disco inaugural para el sello BIS. Y lo primero que sorprende es el repertorio que escogió: la sinfonía y el concierto para piano solo de Alkan, de las obras y compositores más virtuosos y técnicamente más difíciles de todo el repertorio. 

Solo leí cosas de muy buenas a excelentes sobre esta grabación, en todas la revistas, en las que se comparaba sistemáticamente con las grabaciones de Marc-André Hamelin, el héroe de Wee. Y cualquier comparación los ponía al mismo nivel, con la ventaja para Wee que su grabación es la única en incluir ambas obras.

Creo que podría hacerse una película muy exitosa sobre Wee. De padres de Malasia y Singapur, nace en Australia, para luego trasladarse a Londres en donde a los 12 años debuta como pianista nada menos que en el Royal Albert Hall. Luego, se traslada a New York donde toma clases de piano con Svetlanova en el Manhattan School of Music. Sin embargo reflexiona acerca de su vida de pianista profesional, y no le llama tanto la atención tener que estar lejos de familia y amigos por estar viajando para tocar programas similares noche tras noche. Por ese miedo de perder su conexión sagrada con la música, y dejar de disfrutarla para convertirla en su actividad profesional, decide devolverse a Inglaterra y estudiar derecho en Oxford, y termina especializándose en derecho comercial, integrando un afamado bufete de abogados en Londres desde el que atiende litigios de empresas de energía, de exploración minera, de telecomunicaciones, de tecnología, entre otras. A pesar de que ya había abandonado definitivamente el piano, hacia 2015 ofrece unos recitales a la sociedad Alkan de Londres y su carrera como pianista renace, grabando su afamado disco de Alkan en 2019. Ya va por el tercer disco para el sello BIS, y todos han sido muy bien recibidos. 

En alguna entrevista le preguntan que cómo hace para combinar ambas actividades, y realmente parece que la música sigue siendo un hobby, según la respuesta ; un hobby muy serio y bien hecho pero hobby al fin y al cabo. Y comenta que tiene suerte porque puede no tocar una nota durante varias semanas y cuando retoma dice que no pierde destreza, sino que parece que continuara tal cual donde quedó, y que eso se lo debe a Svetlanova, quien le enseñó que la técnica debe ser del dominio de la mente y del oído y no de los dedos. 

También leí en otra entrevista algo que me impacta : que ser pianista lo hace ser mejor abogado y ser abogado lo hace ser mejor pianista. Y me impacta no tanto porque sea una revelación como tal sino justamente porque siempre he pensado algo similar, pero siempre pensé que no podía ser cierto a un nivel muy avanzado. Explico un poco. Por ejemplo tocando flauta, los mejores tocando eran sistemáticamente también los mejores estudiantes en el colegio. Y no eran solo los mejores en artes y humanidades, no, sino que eran los mejores más o menos en todo: matemáticas, física, química, biología, pero también filosofía, historia y francés, en todo. Y me impactaba lo opuesto, que era aún más recurrente : sistemáticamente los peores tocando eran obligatoriamente muy malos en el colegio. Eso era así y todos lo sabíamos. Pero pensaba que al llegar a cierto nivel, o ya en la universidad, eso como que se diluía. Pero ahora Paul Wee me hacía recordar esa clara evidencia.


EL ARTE DEL CANTO

El segundo disco también sorprendió mucho, pero no por las mismas razones que el primero. El disco se titula « Thalberg: l’art du chant » y se publicó a finales de 2020 en 2 SACDs. 

Y entonces, yo era como « sí, tal vez he oído nombrar a Thalberg, me suena, pero qué compuso y por qué es importante? ». Este disco se trata de composiciones de Thalberg, gran virtuoso austriaco y rival de Liszt, sobre melodías para la voz conocidas, provenientes de óperas o de canciones (lieder) de otros compositores o incluso de música sacra. El objetivo es tratar de hacer cantar el piano. En ese sentido me recuerda un poco a las canciones sin palabras de Mendelssohn, pero las de Mendelssohn me parecen musicalmente más elaboradas, menos evidentes que estas piezas de Thalberg. 

Entonces de ahí la sorpresa: otra vez la originalidad, pero con un repertorio casi opuesto al del primer disco. Increíblemente tocado nuevamente y logrando el objetivo de hacer cantar el piano. Además este ciclo, originalmente editado en cuatro volúmenes, solo se había grabado una sola vez completo, siendo Paul Wee el segundo en grabarlo, y hasta hoy siendo la única grabación disponible en el mercado.



TRANSCRIPCIONES

El tercer disco de Paul Wee se publicó a finales del año pasado y recibió también grandes elogios por parte de la crítica especializada (recording of the month de Gramophone, del número de diciembre de 2022). Se trata de la transcripción para piano hecha por Liszt de la tercera sinfonía de Beethoven y de la transcripción para piano solo hecha por Alkan del concierto para piano número 20 de Mozart. 

Inicialmente me sorprendieron los secos acordes con que abre la sinfonía de Beethoven, no me gustaron. Luego, lo que sigue está muy bien, aunque no me pareció de un nivel superior a otras grabaciones que conozco. Lo que sí me gustó mucho, entre otras cosas porque no había oído ninguna otra transcripción para piano solo de esta obra, fue el concierto número 20 de Mozart, que además es de mis conciertos preferidos de Mozart. Creo que conocer bien el concierto original hace valorar aún más esta interpretación de Paul Wee : la orquesta, el balance con el piano, son excelentes. Además las cadenzas, escritas por Alkan, son exquisitas. Gran disco.

Ya van tres grabaciones de Paul, todas para el sello BIS, todas en SACD y todas excelentes. Ya no podemos hablar de golpe de suerte del primer disco. Y además Wee va por más: parece que pronto publicará algo siendo acompañado por orquesta, sería su primera grabación en que no toca solo. Espero con ansiedad esa nueva grabación del abogado.


Paul Wee ha sabido manejar con estrategia y mucha inteligencia sus grabaciones. Me imagino lo buen litigante que es. Y no hay que imaginarse : para los conocedores, ahí está disponible su hoja de vida en la webDefinitivamente un marciano ese Paul Wee. 





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