Wilhelm Furtwängler: el antídoto perfecto (parte 2/2)

No sabría responder por qué Furtwängler se quedó en Alemania pudiendo fácilmente hacer carrera en otro lado. Es decir, los argumentos del mismo Furtwängler y que además utilizó durante su proceso de desnazificación inicialmente me sonaban a excusas poco convincentes, y como muchos, pensaba que Furtwängler le apostaba a que Alemania iba a terminar ganando la guerra, como le reclamaría años más tarde el famoso pianista Arthur Rubinstein, quien perdió a casi todos los suyos en campos de concentración. Rubinstein, junto con otros famosos músicos de origen europeo pero que vivían exiliados en Estados Unidos, como Horowitz o el violinista Nathan Milstein, se opusieron ferozmente a que Furtwängler fuera nombrado director de la orquesta sinfónica de Chicago, nombramiento que estaba prácticamente decidido después de la guerra, en 1948. Horowitz además tenía historias de desplantes que le había hecho Furtwängler en el marco de conciertos en Alemania (“a diferencia de Estados Unidos, acá no tocamos como esos virtuosos” le habría dicho el director en una pausa de ensayo), por allá a finales de los años 1920, y fuera de eso era yerno nada menos que de Toscanini! El único que se mantuvo en su posición de defender a Furtwängler, además siendo judío, fue Menuhin. 

 
Poco a poco fui cambiando de parecer al saber que cientos de judíos le escribían para pedir ayuda y que él veía que su ayuda era efectiva aprovechando su posición privilegiada. Entonces qué tal que él no estuviera ahí para ayudar? Lo otro que me hace ver la otra cara de la moneda es que Furtwängler era ingenuo políticamente y lo manipularon para hacerlo ver como parte del régimen cerrándole puertas en los otros países. Y eso creo que era difícil de controlar, sobre todo con manipuladores de profesión. Y claro, también parte de la manipulación era hacer creer a Furtwängler que la política podía cambiar, al menos para el arte. También hay que tener en cuenta que al parecer le quitaron el pasaporte, o que lo dejaron esperando por uno válido, según otras versiones, para que no pudiera viajar. Un artista de ese renombre definitivamente no iba a volarse sin su pasaporte. Cuando Toscanini se fue de Italia durante muchos años él pudo volver a pasar vacaciones por ejemplo, en cambio a Furtwängler le dijeron que si se iba no podía volver. A pesar de las burlas que desencadenó cuando mencionó este argumento en el proceso de desnazificación, porque se sabía que eso de no volver iba a ser efectivo solamente durante unos pocos años, hay que tener en cuenta que en dado caso era muy probable que Furtwängler no pudiera volver a ver a su madre por ejemplo, quien efectivamente falleció en 1944. Finalmente, para entender el razonamiento de Furtwängler, creo que es necesario tener en cuenta que él estaba convencido que el arte y la política no se mezclan y que Hitler no iba a durar mucho, incluso llegó a afirmar que no iba a jugar ningún rol importante en Alemania, aún después de haber sido elegido canciller. En otros países, en otras latitudes y en otras épocas he visto el mismo fenómeno, gente convencida que tal o tal régimen no va a durar mucho más y ahí sigue, hay que ver el caso de Venezuela.

En todo caso no podría defender a Furtwängler a capa y espada si alguien me dijera que era un simple nazi convencido, pero luego de leer varios libros y documentos, algunas anécdotas me parecen realmente geniales.

 
Sólo hasta hace muy recientemente pude ver la película Taking Sides (2001), y creo que hubieran podido hacer algo mucho mejor: hubieran podido explotar esa ambigüedad intrínseca hasta en la mirada de Furtwängler (un Anthony Hopkins hubiera sido perfecto para ese rol, lástima), hubieran podido explotar mucho mejor la parte musical (en la película prácticamente solo se escucha Beethoven, casi siempre el comienzo de la 5a, me pregunto si no había presupuesto para pagar más derechos), las relaciones con las mujeres, las relaciones con el poder, la parte biográfica, Bayreuth, etc. Creo que la película es mala y sorprendentemente aburrida teniendo en cuenta la vida tan interesante y movida del director desde su niñez, pero solo por una escena vale la pena: en los últimos minutos muestran una filmación real en blanco y negro al final de un concierto en donde se ve a Goebbels muy emocionado aplaudiendo, se para, se acerca al podio y le da la mano a Furtwängler, quien por supuesto se la da, pero con una sonrisa postiza, e inmediatamente se limpia esa mano con un pañuelo blanco que tenía en la mano izquierda. 

Hay otras anécdotas (no mostradas en la película). Por ejemplo el hecho de no haber asisitido en Munich a una cena de gala en su honor organizada por los nazis luego de un concierto, prefiriendo cenar con su asistente Berta Geissmar y su madre, dos judías. Haberse atrevido a dirigir música de compositores explícitamente prohibidos por el régimen como Mendelssohn. Haber mandado quitar banderas con esvástivas como condición para dar inicio a varios conciertos. O salir con las manos ocupadas por la batuta para no hacer el saludo nazi… enfrente del mismo Hitler. O, según cuenta Winifred Wagner, haber vuelto loco de rabia a Hitler en un coctel en Bayreuth en 1936 al decirle algo así como “señor canciller del Reich, al menos allá estaré bien acompañado” ante un reclamo de Hitler por no aceptar cargos oficiales, y ante la negación de Furtwängler, luego de que el Führer lo amenazara con enviarlo a un campo de concentración. Fantástico. No creo que fuera tan fácil hacer eso, aún creyéndose intocable.


GRABACIONES 
 
Independiente de si Furtwängler era o no nazi, en cualquier caso musicalmente lo seguiría adorando, como me pasa con muchos artistas. A Wagner lo idolatro como compositor pero definitivamente no como persona. Muchos de mis amigos no entienden eso. Es normal mezclar todo, claro. Pero si alguien piensa mal pero compone puras joyas, como Wagner, no es normal interesarse en su obra, dejando de lado el resto? En ese punto estoy completamente de acuerdo con Barenboim, quien siendo judío es uno de los directores insignes de Wagner, lo cual le ha traído problemas no solo en Israel. Igual me pasa con Dalí como pintor, me parece un verdadero cretino, pero su obra es genial. Incluso, creo que no es necesario conocer cómo piensa un compositor para apreciar su obra. Lo mismo diría de los intérpretes y de los artistas en general. No me imagino diciendo “qué cuadro tan bueno, pero el pintor es de izquierda o de derecha?” De hecho creo que ese es uno de los grandes poderes del arte, que crea entendimiento incluso sin necesidad de pronunciar una palabra, como bien lo demuestra Daniel Barenboim con su West-Eastern Divan Orchestra.
En fin, siguiendo con el tema, veo que recientemente ha habido un poco un despertar de las grabaciones de Furtwängler. Incluso el crítico de Gramophone Rob Cowan habla de box-fest en el número de enero de este año, refiriéndose a las cajas Furtwängler publicadas recientemente. 
 
En 2019, DG publicó en 34 CDs y un DVD todas las grabaciones para el sello y por fuera de él, en especial grabaciones que subsistían para la radio. Esta magnífica caja se divide en periodos: antes de la guerra, durante la guerra y en la postguerra. Ahí me llamó la atención que en realidad sólo había 3 CDs grabados para DG, y otro tanto para DECCA. El resto se divide en las grabaciones legendarias durante la guerra que ya comenté pero para ningún sello ni para la radio (misterio que explico en el comentario de la siguiente caja) y en grabaciones para la radio. Con esa caja hubo varias revelaciones. La primera relacionada con mis comentarios anteriores, que contrariamente a lo que yo pensaba antes, la DG no fue muy importante en la carrera de Furtwängler. La segunda, relacionada con la calidad del sonido y lo que comento en la primera parte, que a pesar de ser todo mono se nota claramente la evolución del sonido entre sus primeras grabaciones y las últimas, contrariamente a lo que yo pensaba sobre el antes y el después del stereo, como una especie de blanco o negro, sin ver toda la gama de grises.

Como lo relacioné en la primera parte, el sello propio de la orquesta filarmónica de Berlín publicó una magnífica caja con las legendarias grabaciones durante la guerra. Esas grabaciones son legendarias por varias razones: por el estado emocional de Furtwängler, por el altísimo nivel que la filarmónica de Berlín había alcanzado luego de años de su dirección, y porque los rusos retuvieron esas cintas al final de la guerra restituyéndolas a Alemania solo hasta el final de los años 1980. Esta caja es magnífica por varias razones. Una, es que todo se encuentra remasterizado y se reproduce a través de SACDs. Acá también se nota la evolución del sonido entre el comienzo y el final de la guerra. Otra razón es la información contenida, en donde se aclara toda la historia de esas grabaciones con mucho detalle y se reporta cómo se hizo la remasterización, lo cual es bien interesante porque los ingenieros debieron incluso fabricar aparatos necesarios para reproducir algunas de las bandas de sonido. Ahí por ejemplo me enteré que las grabaciones eran ordenadas por Hitler y Goebbels para la posteridad, y aunque algunas fueron transmitidas por radio (el acuerdo era que Furtwängler debía aprobar cualquier grabación antes de ser transmitida por radio), ese no era el principal objetivo. También aclaran un poco que Furtwängler no vivía del todo mal como artista free-lance, al contrario; reportan cuánto ganaba en cada concierto y en cada grabación, lo convierten a dinero de hoy y no es poco: por cada programa, sobre el cual hacía tres conciertos, a veces un ensayo público y una grabación para radio le correspondían más o menos 63000 euros convertidos a hoy; eso sucedía en menos de un mes, tal vez una o dos semanas.



Gran parte del final del año pasado estuve oyendo la caja de 55 CDs publicada por EMI con todas las grabaciones de estudio o grabaciones de concierto pero autorizadas por Furtwängler para su posterior comercialización. Estas grabaciones están remasterizadas con los más altos estándares y fueron grabaciones para EMI o para otros sellos, como DG, DECCA y otros. Por supuesto contiene los discos DG y DECCA de la primera caja DG, pero es minoritario… y es muy raro ver carátulas DG en una caja EMI. Casi que aparte de esos 6 CDs el resto es EMI. Efectivamente, me estaba enterando que el sello principal de Furtwängler no fue DG sino EMI. Igualmente es muy notoria la evolución del sonido a medida que uno recorre la caja. Por ejemplo los 10 primeros CDs son prácticamente inaudibles a pesar de la remasterización en 24-bit/192kHz de las cintas originales por Art & Son Studio, Annecy. A partir del CD 10 ó 11 el sonido es bastante correcto y va mejorando. De esta caja el escrito originalmente en francés redactado por Stéphane Topakian, uno de los ingenieros que participaron en la remasterización, es realmente excelente. Con muchísimos detalles técnicos sobre el proceso y las obras, las dificultades, etc. 

 
PARA LA POSTERIDAD 
 
Hay una obra, o más bien movimiento o pieza que Furtwängler grabó muchísimo, es la obertura a Alceste de Gluck. Creo que inicialmente la utilizaba porque era una pieza corta que podía grabar en los 78 rpm y luego podía incluir para rellenar en los conciertos, pero en realidad no he leído nada al respecto. Bueno pues esta pieza me enloquece, además porque todas las versiones son diferentes, claro, por aquello de la escuela alemana de dirección. En esta caja EMI hay dos versiones: una de 1942 y otra de 1954. También hay otras oberturas increíbles que creo que utilizaba por razones similares: Rosamunde de Schubert, Hebrides y Sueño de una noche de verano de Mendelssohn, Anacreon de Cherubini, Freischutz y Oberon de Weber, Manfred de Schumann, Tannhauser de Wagner, Mozart, Rossini, … creo que Furtwängler era un maestro absoluto de las oberturas. 

He oído las mismas de grandes como Abbado y no le llegan a los tobillos a estas de esta caja a pesar del sonido, increíble. Y creo que tiene que ver con el estilo de dirección, puesto que las oberturas son como concentrados de una gran y extensa obra, en la que debe haber cambios importantes de estados de ánimo, de carácter y de intención.

Otro de los momentos fuertes de esta caja es el mítico concierto para violín de Beethoven con Yehudi Menuhin en 1947, evento clave tanto musical como político, por lo que comenté antes. Muchos afirman que esta es la versión insuperada del concierto de Beethoven. Para mí sigue siendo Schneiderhan el que manda la parada en este repertorio, aunque reconozco ciertos pasajes increíbles en esta versión de Menuhin. Nunca fui fan de Menuhin. 

Por supuesto las sinfonías de Beethoven, aunque faltan la 2 y la 8, son también esenciales. Hay varias versiones de las sinfonías 3, 5, 6 y 9. En especial la 9ª de 1951, tocada para la reapertura del festival de Bayreuth luego de la guerra marcó un evento simbólico y musical. La 5ª de 1954 parece su versión definitiva de la obra, su última palabra. Pero también están la 8ª y la 9ª de Schubert, las dos primeras de Brahms, y la famosa 4ª de Schumann, también considerada por muchos como insuperable, verdaderas piedras angulares de la música clásica. Los últimos 12 CDs tienen obras largas completas: la pasión según San Mateo de Bach, la Valkiria (primera grabación, completada unos días antes de la muerte de Furtwängler, de lo que pudo haber sido un Ring completo de estudio que no se pudo finalizar) y Tristan e Isolde de Wagner y Fidelio de Beethoven. Todas versiones increíbles, sobre todo su Fidelio, absolutamente revelador. Su Bach también es muy emocionante. 
 
TRISTAN Y DOS ISOLDES
 
Pero Tristan e Isolde de Wagner es una grabación mítica por varias razones: fue la primera grabación en estudio de la ópera completa, y la idea era que fuera con el mejor personal posible, tanto artístico como técnico. En ese sentido era inconcebible para Furtwängler que Isolde no fuera cantada por la soprano del momento la noruega Kirsten Flagstad, de cuya voz estaba totalmente enamorado desde hacía años. Ya habían colaborado en el pasado. 

Siempre me imagino a Flagstad como la soprano del momento en la actualidad Lise Davidsen (su reciente grabación de Fidelio es increíble!), no solo por su voz y porque también es noruega, sino porque ambas son altas, grandes y solo me imagino, y me encantaría ver, a Davidsen cantando también Wagner al final de su carrera (ya hizo tímidamente una incursión en una de sus grabaciones, exquisito), lo cual puede ser un verdadero evento musical. 

Volviendo al pasado, y a la anécdota a la que me refiero, durante la grabación de Tristan e Isolde, Flagstad ya no estaba tan joven y sentía una fatiga en las notas altas luego de varias tomas de estudio. En el pasaje de las notas más agudas, todos estuvieron de acuerdo para que la alemana Elisabeth Schwarzkopf cantara las dos notas más agudas de toda la ópera, sin editar ni ninguna postproducción como se haría hoy, sino que permanecía al lado de Flagstad e intervenía cuando tocaba. Según decían, ni los oídos más refinados iban a poder notar eso. Sin embargo luego se filtró la información a la prensa y por supuesto fue un escándalo en el que Flagstad quedaba muy mal parada. Flagstad culpó a EMI de esa fuga de información y rompió relaciones con el sello para siempre. La soprano Elisabeth Schwarzkopf, cuya voz me ha hipnotizado desde siempre, sobre todo en esas grabaciones posteriores con Klemperer, increíbles, ni siquiera hacía parte de los artistas acreditados de la grabación, lo hizo como un favor, por simpatía a Furtwängler, de quien afirmó al final de su vida que era el mejor director para el que había cantado, y porque era nada menos que la esposa del legendario, ambicioso y brillante productor de EMI, el músico frustrado Water Legge, quien había traicionado unos años antes a Furtwängler con el asunto de la Flauta Mágica de Karajan. 

Por supuesto Furtwängler había exigido cambio de productor, y en algunas grabaciones se hizo efectivo el cambio con Collingwood, un respetado director de orquesta, sin embargo para esta, por cuestiones de agenda solo estaba disponible Legge. Furtwängler finalmente aceptó a regañadientes luego de varias semanas y poniendo en riesgo el proyecto. Esta iba a ser la última grabación de ambos genios. 

La genialidad de Legge acá consistió en lograr un sonido muy similar al que se escuchaba en Bayreuth, con una gran reverberación de la orquesta, pero un poco oculta detrás de las voces, un sonido pastoso, como lo había pensado el mismo Wagner cuando diseñó el teatro de Bayreuth. Al final Furtwängler le dio la única felicitación a Legge en toda su vida, aceptando que por esta grabación el productor podría pasar a la historia. 

Esta grabación efectivamente pasó a la historia, pero más por la calidad artística de todo el equipo, sobre todo de las voces, y el estilo de dirección de Furtwängler, que por los aspectos técnicos: en efecto acá Furtwängler deja muy clara la escuela de dirección alemana, con tempos y matices extremadamente flexibles, cambiantes según la trama, de manera orgánica y natural, como nunca antes se había hecho. Algunos dicen que este Tristan es insuperable por eso, y que suena como el Tristan más anticuado y más moderno a la vez. Atemporal. Es de esas grabaciones que creo que nunca podré asimilar totalmente, exquisita, compleja, refinada, mágica y natural a la vez. Cómo se puede asimilar algo tan plagado de contradicciones? Como un cuadro de Dalí tal vez.

Algo que no me atrapa son sus Tchaikovsky, no sé por qué, y las obras del mismo Furtwängler. De estas últimas reconozco el interés, y agradezco que sea una música tonal, pero aún no las entiendo, y me parecen pesadas, sobre todo por la extensión. En efecto Furtwängler se veía ante todo como compositor, y su actividad de director era más que nada para sus necesidades materiales, muy al estilo de Mahler. Hay que tener en cuenta que Furtwängler tenía varios hijos extramatrimoniales, que en segundas nupcias se casó con Elisabeth quien ya tenía cuatro hijos y que al final de la guerra nació su único hijo en matrimonio Andreas, en 1944 cuando su familia se encontraba ya exiliada en Suiza. En 1945, en una operación rocambolesca, Furtwängler se vuela de Viena a Suiza para encontrar a su familia, salvándose de los bombardeos que por esos días iba a sufrir la capital austriaca, incluso el hotel en donde estaba alojado, y por supuesto de la destrucción de Berlín, en donde debía honrar unos compromisos profesionales luego de los de Viena.
 
Creo que a pesar de que la caja EMI recoge las mejores grabaciones y las producciones más ambiciosas y mejor planeadas de Furtwängler, sí se debería complementar con grabaciones en vivo. En efecto, hacen falta sus Bruckner, magníficos, las sinfonías 3 y 4 de Brahms y la 8ª de Beethoven, el Ring completo (por ejemplo el de la Escala). En ese caso, creo que la mejor forma de llenar algunos de los vacíos (aunque no todos) sería con la caja DG, a menos que se quieran SACDs.
 
FINALE
 
A Furtwängler le faltó poco para poder grabar en stereo. Murió en 1954 tras la complicación de una neumonía. En realidad estaba deprimido desde la guerra y ahora aún más que empezaba a perder el oído y su salud general había flaqueado desde hacía meses, automedicándose según cuenta su hijo Andreas. Cuando ingresó al hospital le dijo a Elisabeth que a pesar de que todos pensaran que él había ido para recuperarse, él sabía que él había ido a morirse. Ya en 1955 se empezaban a grabar algunas cintas en stereo…seguro él hubiera sido de los primeros.
Muchos pensarán que es raro oír grabaciones en mono de obras que están disponibles en stereo y hasta en alta resolución, grabadas por directores más recientes. Yo también hasta hace unos pocos años. Pero hoy creo que pocos directores se han acercado al arte de Furtwängler. Cuando uno oye sus grabaciones uno se encuentra con algo completamente diferente y genuino a la vez. Es un sonido visceral y orgánico, y es un poco como excitar en uno la esencia musical más primitiva y más sofisticada al mismo tiempo. Es un reencuentro con la cultura occidental en su totalidad, que recuerda de donde venimos y lo que deberíamos defender como civilización. Creo que todos los occidentales estamos unidos por ese tipo de lazos culturales y los entendemos sin problemas cuando nos los presentan tan orgánicamente como lo hizo Furtwängler. Entonces, siendo así, a la larga qué importa que sea en mono? Furtwängler fue definitivamente el antídoto perfecto para mi alergia al sonido mono.


Comentarios

  1. Furtwängler tiene unas grabaciones estereofónicas. Eran grabaciones privadas de un amigo ingeniero. Se perdieron muchas en una inundación, creo recordar, pero sobrevivió un Cazador Furtivo y una Novena de Schubert. Está todo publicado por Tahra:

    https://www.amazon.es/Furtwangler-Salzburgo-Schubert-Symphony-Weber/dp/B0007INYCQ/ref=sr_1_9?__mk_es_ES=ÅMÅŽÕÑ&crid=2KM63NB535Z3&keywords=Furtwängler+tahra&qid=1645464526&sprefix=furtwängler+tahra%2Caps%2C79&sr=8-9

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    1. gracias por esa recomendación. Recientemente BIS publicó la novena de Bayreuth de 1951 en SACD. Prometen lo siguiente: Using the analogue mono tape as digitized by Swedish Radio, the present disc reproduces the broadcast as it would have been heard by listeners in Sweden: we have chosen to not change anything, not to ‘brush up’ the sound, not to clean and shorten the pauses or omit audience noises within the music, but to keep the original as it was. In this way we hope to recreate the feeling of actually sitting in front of an old radio in 1951, listening to this important concert – a true historical document.
      https://www.amazon.com/gp/product/B09MSM8TF6/ref=ppx_yo_dt_b_asin_title_o02_s02?ie=UTF8&psc=1

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